Contemplación, espíritu y naturaleza

Es preciso desarrollar una practica y visión para reconectar con fuentes genuinas de plenitud, paz y claridad en medio del estrés crónico y la alarmante crisis socio-ecológica que caracteriza nuestro tiempo.

En cierto modo, el escenario global se ha convertido en un espejo que refleja lo que ocurre en nuestro interior. Desde una perspectiva contemplativa, esta es una oportunidad única para refinar nuestra visión de quién realmente somos, trascendiendo capas superficiales y reactivas para llegar a la profunda presencia que nutre y sostiene a todos, la Tierra. Tal ejercicio de auto-descubrimiento implica una práctica constante–una forma de vida–y un consecuente proceso hacia nuestra naturaleza espiritual, misma que es nutrida y guiada por las profundidades sagradas de la Tierra y la magnánima belleza del cosmos.

Al tocar la sacralidad de la Tierra en nuestro interior conectamos con recursos internos de salud y resiliencia previamente desconocidos que, en medio de las crisis que hacemos frente, sirven de refugio y recordatorio de nuestra naturaleza despierta.